En contra de la innovación

¿Quiénes y qué quedan borrados cuando celebramos la innovación?

Jennifer Denbow
Jennifer Denbow
Professor of Political Science at Cal Poly, San Luis Obispo, and feminist political theorist. She has published widely on US reproductive politics, technology, and justice. Author...
Entrada del Museo de la Innovación Tecnológica en San José, California, con su icónica figura de astronauta dando la bienvenida a los visitantes. Foto de Elizabeth B. Thomsen (CC BY).

Introducción

El verano pasado visité The Tech Interactive, un museo de tecnología centrado en la innovación para niños, ubicado en el corazón de Silicon Valley. El museo—anteriormente llamado “The Tech Museum of Innovation”—ofrece una celebración acrítica de la innovación tecnológica. Forma parte de una tendencia social más amplia de ensalzar la innovación.

El término “innovación” ha llegado a asociarse con la resolución de problemas y el progreso tecnológico. Sin embargo, es importante preguntarse qué oculta este término. ¿Quiénes y qué quedan fuera cuando celebramos la innovación? ¿A quién beneficia esa celebración? En este ensayo, recurro a mi investigación para explorar posibles respuestas a estas preguntas, usando como ejemplo el caso de The Tech Interactive.

El cambio climático y la benevolencia de la innovación

Una de las cosas que me llamó la atención cuando visité The Tech Interactive fue que presenta una variedad de problemas sociales, políticos y económicos como si fueran meramente problemas técnicos. Por ejemplo, el museo tiene una exposición amplia, llamada “Solve for Earth”, sobre sostenibilidad y cambio climático.

El nombre de la exposición proviene de la instrucción “resolver para x” en una ecuación matemática, lo que sugiere que solo necesitamos aplicar el tipo correcto de lógica y el orden adecuado de operaciones para resolver el cambio climático.

Este enfoque desvincula el cambio climático de su contexto social, político y económico, dando a entender que no es necesario cambiar nada en el mundo en general. Para resolver los problemas del planeta, lo único que necesitamos es la tecnología adecuada.

En una sección de la exposición con videos sobre “Tecnologías emergentes”, un cartel declara lo siguiente:

Solve for Earth celebra a innovadores que exploran el potencial de la tecnología para crear un futuro más sostenible. [...] Están motivados por el deseo de hacer del mundo un lugar mejor y más saludable. Estos videos muestran que cualquiera puede ser un innovador.

La lección aquí, y en otras partes del museo, es que los innovadores están motivados por la benevolencia. Innovan por el bien común, para resolver los problemas de la humanidad. A los niños se les enseña a imitar a los innovadores, no a cuestionar si podría haber razones para criticar ciertas innovaciones. El museo, en su conjunto, apenas hace referencias pasajeras a la idea de que las tecnologías puedan plantear dilemas éticos.

Inteligencia artificial: una solución innovadora

Como otro ejemplo, veamos cómo The Tech Interactive presenta la “inteligencia artificial”. La IA aparece en una exposición sobre innovaciones en el cuidado de la salud. En esa muestra, los visitantes encuentran distintos paneles informativos, cada uno de los cuales propone una solución tecnológica para una determinada “necesidad” en el ámbito sanitario.

En la sección dedicada a la IA, se informa a los visitantes que la “necesidad” que la inteligencia artificial resolverá es:

Los macrodatos, la existencia de enfermedades complejas y la escasez de capacidad cerebral humana son desafíos que enfrenta el sistema de salud. Los médicos pueden tener un conocimiento enciclopédico sobre la salud humana, pero no son máquinas y no pueden estar en todas partes al mismo tiempo.

Nótese que la exposición plantea el problema de tal forma que la innovación de la IA aparece como la solución evidente. En The Tech Interactive, el hecho de que los médicos sean humanos y no máquinas se convierte en un problema. Además, el gran desafío del sistema de salud no es la falta de médicos, enfermeras u otros profesionales sanitarios. El problema es una “escasez de capacidad cerebral humana”. Al definir el problema así, la solución se vuelve obvia: la capacidad “cerebral” de las computadoras, impulsada por la IA. Como proclama la exposición: “La IA puede ser el asistente inteligente definitivo para los médicos”.

Otra forma de plantear un problema clave y relacionado en el ámbito sanitario es señalar que no hay suficientes médicos ni enfermeras, especialmente en comunidades rurales y otras zonas desatendidas. Si el problema se definiera de esa manera, la solución pasaría por invertir en infraestructura sanitaria. Sería necesario abordar los factores estructurales, políticos y económicos que dificultan el acceso a una atención médica de calidad. La solución tecnológica basada en la IA oculta esos problemas estructurales. Esta celebración acrítica de la innovación no se limita a este museo ni a Silicon Valley.

La despolitización de la innovación

Los responsables políticos, los medios de comunicación y los actores corporativos suelen presentar las innovaciones como soluciones benévolas. Este enfoque refleja una función más amplia de la ideología de la innovación: educa al público para que acepte las innovaciones como algo inequívocamente bueno y como si estuvieran por encima o fuera del ámbito de la política. Si bien la tecnología tiene sin duda un papel importante que desempeñar en la lucha contra el cambio climático y otros problemas sociales, la manera en que el museo la presenta oculta el hecho de que está profundamente entrelazada con la política.

Si entendemos la política como el terreno de la lucha por los valores, la despolitización de la innovación la sitúa como un valor incuestionable. Cuando se considera que la innovación tecnológica es la solución a todos los problemas, cada problema se define como un problema técnico. Esto borra el hecho de que muchos problemas profundamente arraigados son, en realidad, problemas políticos.

Por ejemplo, el enfoque del “arreglo tecnológico” oculta las raíces políticas y económicas de la crisis climática, y sugiere erróneamente que basta con la tecnología adecuada para resolverla. Esta visión incluso puede agravar la crisis, al desviar la atención y los recursos que deberían dirigirse a abordar las causas sistémicas. La ideología de la innovación justifica canalizar recursos hacia empresas tecnológicas que afirman que su próxima innovación resolverá un problema importante.

El borrado del trabajo reproductivo

Hay algo más que se borra cuando se sobrevalora la innovación. En mi investigación, sostengo que a medida que la innovación ha ganado valor, el trabajo reproductivo se ha devaluado aún más. El trabajo reproductivo es la labor fundamental de cuidar y sostener a las comunidades. Es un trabajo que suelen realizar las mujeres, y de forma desproporcionada, mujeres inmigrantes y mujeres racializadas. Incluye tareas como el cuidado de niños, personas enfermas y personas mayores.

Los actores estatales y corporativos tienden a tratar la innovación como un asunto de interés público. Por ello, se considera que debe fomentarse mediante la desregulación y el uso de recursos públicos, ya que las innovaciones aportan un bien colectivo. En cambio, la visión dominante del trabajo reproductivo en Estados Unidos ha sido que se trata de un tema doméstico y privado. En consecuencia, no debería recibir apoyo público.

Estos dos fenómenos están relacionados. La sobrevaloración de la innovación tiene el efecto de oscurecer la importancia del trabajo reproductivo y, por tanto, de desvalorizarlo aún más. Mientras que la innovación se asocia con el progreso y la masculinidad, el trabajo reproductivo se vincula con la tradición y la feminidad. Como han sostenido durante mucho tiempo las feministas, el trabajo reproductivo es la base de la sociedad y de la economía. Sin embargo, a menudo se lo subestima y se lo remunera mal. La idea de que la innovación es el verdadero motor del bienestar social oculta el valor social de la reproducción.

Volvamos a considerar cómo The Tech Interactive promueve la IA como solución a una necesidad en el ámbito de la salud. Esta forma de presentar el problema ignora el papel fundamental que desempeñan trabajadoras del cuidado como las asistentes de salud a domicilio y las enfermeras en el apoyo a personas con problemas de salud. Desde otra perspectiva, uno de los problemas clave del sistema sanitario en Estados Unidos es la débil inversión pública en estas trabajadoras esenciales del trabajo reproductivo y en las personas a las que cuidan. Este ejemplo muestra cómo la glorificación de las soluciones tecnológicas oculta la importancia de un trabajo más cotidiano, pero absolutamente esencial, como es el trabajo reproductivo.

Ocultar la acumulación de riqueza corporativa

¿Quién se beneficia de presentar la innovación como algo inequívocamente bueno y como solución a una infinidad de problemas? En The Tech Interactive hay pistas dispersas. Las exposiciones están salpicadas de pequeños carteles que reconocen a los distintos financiadores, entre ellos Lockheed Martin, la empresa de tecnología médica Abbott Laboratories, Nvidia y Ford Motor Company.

Al salir del museo, pasé por el “new venture hall”. Allí encontré un cartel que declaraba que el salón era “un homenaje a los capitalistas de riesgo y banqueros de inversión que desempeñan un papel crucial en la creación y desarrollo de Silicon Valley, y que apoyan a The Tech en su misión de inspirar al innovador que hay en cada persona.

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Una cuidada selección de títulos en ciencias sociales y humanidades, presentados por sus autores en las páginas de Politics and Rights Review.

Como bien entienden estos financiadores, la narrativa que se presenta en The Tech Interactive tiene consecuencias materiales. Ayuda a justificar los numerosos cambios de política en Estados Unidos que buscan respaldar a los “innovadores”. Esto suele implicar el uso de dinero público para subsidiar la acumulación de riqueza privada. Las empresas y los inversores se han beneficiado generosamente de políticas —incluyendo la desregulación y las rebajas fiscales— implementadas en nombre del fomento a la innovación. La obsesión social por la innovación contribuye, en realidad, a un problema político central: la desmesurada riqueza e influencia de los inversores privados y las corporaciones, que está socavando la democracia.

Al mismo tiempo, el apoyo material a la reproducción y a las personas que necesitan cuidados ha sido aún más desmantelado. Esto ha venido ocurriendo en Estados Unidos durante las últimas décadas, y la administración actual ha profundizado aún más el desmantelamiento de los programas de bienestar social. El aumento de la riqueza de inversores y corporaciones va de la mano con los recortes al apoyo social en nombre de la austeridad.

Conclusión

Puede parecer extraño criticar el énfasis en el bien común dentro de la educación infantil. Sin embargo, parte de lo que hace que la ideología de la innovación sea tan efectiva es la forma en que se ha vinculado simbólicamente la innovación con el bien común. The Tech Interactive presenta la ciencia y la tecnología como si estuvieran impregnadas de valores universales e incuestionables como la benevolencia y el interés colectivo. La innovación se convierte en sinónimo de prosperidad y progreso. Esto contribuye a ocultar los aspectos negativos de nuestra obsesión social por la innovación.

Uno de esos aspectos negativos es la desvalorización del trabajo reproductivo. Por eso es crucial comprender cómo el auge de la innovación está entrelazado con la desvalorización del trabajo reproductivo. Desenredar esta relación es fundamental para avanzar hacia un mundo que valore mejor ese trabajo y a las personas que lo realizan. Debemos entender el trabajo reproductivo como un aporte clave al bien común y como una base esencial de nuestras comunidades.

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Profesora de Ciencia Política en Cal Poly, San Luis Obispo, y teórica política feminista. Ha publicado ampliamente sobre política reproductiva, tecnología y justicia en Estados Unidos. Autora de Reproductive Labor and Innovation (Duke, 2024) y Governed through Choice (NYU, 2015).