Una investigación sobre la radicalización desde el terreno
El término « radicalización » ha sido objeto de una literatura exponencial durante las dos últimas décadas, a medida que ha sido adoptado por las ciencias sociales y el ámbito político-mediático. Aunque sujeto a numerosas controversias académicas, se ha impuesto ampliamente, tanto en los debates públicos como en la arena mediática.
Realizada a partir de una investigación llevada a cabo en doce prisiones francesas con condenados por hechos relacionados con el terrorismo, entre 2018 y 2022, esta obra ofrece herramientas teóricas destinadas a afinar la comprensión del compromiso yihadista tal como se ha cristalizado en la última década. La delimitación temporal elegida (2012-2022) corresponde a un ciclo decenal de violencias que se extiende desde el caso Merah en marzo de 2012 hasta el asesinato del militante independentista corso Yvan Colonna por Franck Elong Abé en marzo de 2022.
Más allá de la espuma emocional, Penser la radicalisation djihadiste. Acteurs, Théories, Mutations cuestiona lo que este fenómeno intrínsecamente heterogéneo nos revela sobre las tendencias profundas y las evoluciones sociopolíticas que caracterizan a la sociedad francesa. El núcleo de la reflexión apunta a examinar y criticar los límites de la literatura existente, así como los debates científicos relativos a la espinosa cuestión de la radicalización yihadista.
Una literatura exponencial
Con la escalada de la violencia yihadista después de 2015, la radicalización yihadista se ha convertido en pocos años en un objeto de estudio significativo, si no central, dentro de la investigación en ciencias sociales francesas. Hoy en día, existen decenas de miles de artículos científicos dedicados a este tema. Desde variables de compromiso hasta procesos de desenganche y la influencia de las herramientas digitales en las estrategias de reclutamiento, el tema ha sido abordado desde ángulos muy eclécticos y por disciplinas tan diversas como la sociología, la ciencia política, la psicología, la antropología, el psicoanálisis e incluso los estudios islámicos.
Al igual que en los Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001, las preocupaciones de seguridad han generado un interés creciente y han favorecido, por ende, una multiplicación de las oportunidades de financiación, permitiendo así profundizar en el conocimiento sobre el tema. En Francia más que en otros lugares, la temática de la radicalización yihadista ha provocado un sentimiento de malestar particularmente fuerte entre la población.
Esto se explica, en primer lugar, por el efecto de conmoción consecuente al nivel de violencia sin precedentes alcanzado en el territorio nacional (255 muertos solo en el periodo 2014-2020), pero también por el hecho de que estaba directamente relacionado con un objeto religioso que, en el contexto francés, sigue cristalizando debates apasionados. El auge de movimientos identitarios y populistas en Francia, así como en gran parte de Europa, junto con la sobredifusión mediática de controversias relacionadas con el islam, añaden aún más confusión al análisis.
Una fragmentación de los procesos de yihadización
Una de las hipótesis centrales de nuestra investigación es que la masificación y la diversificación sociológica de los perfiles de los yihadistas, favorecida en particular por el proyecto califal del Estado Islámico, obliga a ampliar el campo de reflexión y a romper de manera definitiva con los enfoques teóricos monocausales que han dominado en exceso el debate académico francés durante la última década.
Aunque heurísticamente pertinentes, los diferentes paradigmas teóricos utilizados por los investigadores han tendido a imponer marcos de interpretación que reificaban un fenómeno social y político fundamentalmente heterogéneo. La mayoría de los sistemas explicativos desarrollados por los académicos han tendido a validar marcos analíticos preexistentes.
Así, los autores con enfoques culturalistas o neo-orientalistas se han centrado en los rasgos específicos e irreductibles del Islam, defendiendo implícita o explícitamente el reconocimiento de una especie de «yihadología» inherente, basada en el modelo de la sovietología. Los sociólogos críticos o influenciados por los postcolonial studies han puesto esencialmente el énfasis en las relaciones de dominación entre las naciones occidentales y los países del Sur, o en las discriminaciones que afectan a las poblaciones occidentales de cultura musulmana (racismo, negrofobia, islamofobia, etc.).
Los especialistas en movimientos sociales han propuesto lecturas en términos de activismo político, mientras que los psicólogos han explorado la psique de estos individuos para identificar posibles fallas constitutivas de su personalidad (identitarias, narcisistas, afectivas, etc.). Sin embargo, por su deseo de territorialización y el grado de sofisticación de su comunicación, el compromiso yihadista promovido por el Estado Islámico no puede ser exclusivamente confinado a una u otra de estas categorías.
A contracorriente de los enfoques que consisten en aplicar y validar un modelo teórico preexistente sobre una realidad social inédita, nuestro enfoque busca partir de las múltiples configuraciones observables directamente en el terreno y describir la multiplicidad de puntos de entrada hacia los procesos de yihadización. Este enfoque metodológico deja así espacio para lo inesperado e incluso para las sorpresas. Según esta estrategia, nuestra mirada se ha centrado en la «caja negra» que representan las condiciones empíricas de receptividad y adhesión a estos movimientos ideológicos.
El pentágono teórico de la yihadización
Aplicado a nuestro objeto de estudio, este principio consistía en partir de la heterogeneidad de las trayectorias sociales observadas empíricamente y desarrollar una clasificación ideal-típica coherente. La recopilación y el análisis de los datos de campo nos permitieron identificar una tipología de cinco entradas de los procesos de yihadización. Esta categorización, denominada «pentágono teórico de la yihadización», da cuenta de la pluralidad de modalidades de entrada de los actores en comportamientos que rompen con el orden social y que a menudo (pero no siempre) tienen como objetivo la subversión de un orden político.
La exploración de estas formas de activismo de « alto riesgo » destaca cinco procesos basados en la devoción, la emoción, la politización, la manipulación y, finalmente, la pulsión. Cada vector de compromiso agrupa a actores cuyos recorridos y personalidades nos parecieron lo suficientemente homogéneos y coherentes como para calificarlos como lógicas de yihadización. En la medida de lo posible, nos esforzamos en analizar la articulación entre los marcos de socialización, los eventos biográficos vividos por los actores (encuentros, rupturas, heridas psíquicas, traumas psicológicos, choques morales) y sus bagajes socioculturales. Cuando fue posible (en raras ocasiones), exploramos su entorno social y familiar. Esta clasificación ideal-típica no es ni fija ni excluye fenómenos de superposición y entrelazamiento entre los diferentes grupos identificados.
Una de las principales enseñanzas de la fragmentación de estas formas de compromiso es la constatación de una dinámica de autonomización del yihadismo. Para ampliar al máximo su base de combatientes, el EI ha puesto en marcha una propaganda y unas estrategias de reclutamiento que ya no hacen de la socialización salafista ni siquiera de la ortopraxia religiosa un marcador estructurante o pertinente del compromiso, el cual a veces es validado implícitamente en la producción científica.
En este sentido, si bien el salafismo y el yihadismo continúan extrayendo de un mismo núcleo de referencias ideológicas, los especialistas en reclutamiento de la entidad califal han logrado, según nuestras observaciones, desarticular ambas tendencias a un nivel sin precedentes. Esta desagregación se ha traducido en la atracción de perfiles de simpatizantes extremadamente dispares en cuanto a trayectorias sociales y grado de religiosidad. Una constatación que no solo invita a considerar el yihadismo desde el ángulo de un mosaico sociológico fundamentalmente heterogéneo, sino también a desarrollar dispositivos de desenganche que se ajusten a los vectores de compromiso.