Moderación de contenido localizada: Un enfoque basado en los derechos humanos

Adopting a human-centered, localized approach to content moderation is crucial for effectively regulating online hate speech.

P&RR Lectura 12 min.
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Introducción

Las plataformas de redes sociales se han convertido cada vez más en focos de discurso de odio y xenofobia. Los rápidos avances en la tecnología de la comunicación han facilitado la difusión generalizada de contenido odioso, prejuicioso y violento, que a menudo tiene como objetivo a las minorías y exacerba las tensiones sociales. Este comportamiento dañino en línea puede tener consecuencias devastadoras en el mundo real, como lo demuestra la violencia étnica contra los musulmanes rohinyá en Myanmar y el pueblo tigray en Etiopía.

Definir y moderar el discurso de odio en línea presenta desafíos significativos. Las empresas de redes sociales tienen una creciente responsabilidad en la regulación de este contenido, guiadas por los estándares internacionales de derechos humanos. Estos estándares enfatizan la necesidad de un enfoque equilibrado que proteja la libertad de expresión mientras previene el daño. Sin embargo, la naturaleza global de las redes sociales complica la regulación del discurso de odio debido a los diversos marcos legales y contextos culturales de diferentes países.

Las herramientas automatizadas de moderación, aunque eficientes para manejar grandes volúmenes de contenido, a menudo no capturan las sutilezas contextuales del discurso de odio.

Los estándares internacionales de derechos humanos pueden proporcionar una orientación efectiva sobre quién debe definir y moderar el discurso de odio y cómo se puede lograr esto. Un enfoque de múltiples partes interesadas es esencial, donde las empresas de redes sociales colaboran con actores estatales, la sociedad civil y expertos locales. La localización de la moderación de contenido asegura que refleje las sutilezas culturales y contextuales del discurso de odio en diferentes regiones.

Alinear las prácticas de moderación de contenido con los estándares internacionales de derechos humanos e involucrar a las partes interesadas locales permite a las empresas de redes sociales crear entornos digitales más seguros e inclusivos. Este enfoque no solo mejora la detección y el abordaje del discurso de odio, sino que también fomenta una comprensión integral del impacto de dicho discurso en las comunidades afectadas.

El papel de las empresas de redes sociales

Las empresas de redes sociales tienen la responsabilidad crítica de moderar el contenido en línea para abordar de manera efectiva el discurso de odio. Estas plataformas desempeñan un papel fundamental en la configuración del discurso en línea. Es esencial que estas empresas adopten una postura proactiva en la moderación de contenido.

Para abordar eficazmente el discurso de odio, es necesario un enfoque de múltiples partes interesadas. Las empresas de redes sociales deben colaborar con actores estatales, la sociedad civil y otras partes interesadas relevantes. Estas asociaciones aseguran que las prácticas de moderación de contenido sean sólidas y sensibles a los diversos contextos culturales y legales. Al involucrar a una amplia gama de partes interesadas, las empresas de redes sociales pueden comprender mejor y abordar las sutilezas del discurso de odio en diferentes regiones.

Una recomendación clave es localizar los términos de servicio y las directrices comunitarias. Esto implica adaptar las reglas y regulaciones para reflejar los contextos locales y las sensibilidades culturales. Involucrar a expertos locales y grupos de la sociedad civil en la formulación e implementación de estas directrices asegura que las prácticas de moderación de contenido sean tanto efectivas como culturalmente relevantes.

Es crucial que las prácticas de moderación de contenido se alineen con los estándares internacionales de derechos humanos. Estos estándares proporcionan un marco universal que equilibra la protección de la libertad de expresión con la necesidad de prevenir daños. Las empresas de redes sociales deben integrar estos principios en sus políticas de moderación para garantizar que sus acciones sean coherentes con las normas de derechos humanos reconocidas a nivel mundial.

Al adoptar un enfoque localizado y colaborativo para la moderación de contenido, las empresas de redes sociales pueden navegar por las complejidades del discurso de odio en línea de manera más efectiva. Esta estrategia no solo mejora la capacidad de abordar el contenido dañino, sino que también contribuye a crear un entorno digital más seguro e inclusivo.

Estándares internacionales de derechos humanos

Los marcos internacionales de derechos humanos proporcionan pautas esenciales para regular el discurso de odio. Estos marcos ayudan a equilibrar la protección de la libertad de expresión con la necesidad de prevenir daños. Uno de los principales entre estos marcos es el Plan de Acción de Rabat, que ofrece directrices completas para abordar el discurso de odio mientras se protegen los derechos humanos.

La moderación de contenido localizada es crucial para que las empresas de redes sociales gestionen eficazmente el discurso de odio.

El Plan de Acción de Rabat enfatiza la importancia de equilibrar la libertad de expresión con la prevención de daños. Establece criterios para determinar cuándo el discurso cruza la línea hacia el discurso de odio, incluidos el contexto, el emisor, la intención, el contenido y la probabilidad de daño. Estas directrices son cruciales para que las empresas de redes sociales desarrollen e implementen sus políticas de moderación de contenido.

Cuando las empresas de redes sociales integran el Plan de Acción de Rabat y otras directrices de derechos humanos en sus prácticas, mejoran su capacidad para gestionar eficazmente el discurso de odio. Esta estrategia crea un espacio en línea más seguro y equitativo, fomentando un entorno digital que respeta y promueve los derechos humanos.

Desafíos y soluciones en la moderación de contenido

Las herramientas automatizadas de moderación, aunque eficientes para manejar grandes volúmenes de contenido, a menudo no capturan las sutilezas contextuales del discurso de odio. Estas herramientas pueden malinterpretar referencias culturales, modismos locales y otras sutilezas que los moderadores humanos pueden comprender. Esta limitación destaca la necesidad de un enfoque más matizado que combine la tecnología con la supervisión humana.

El contenido generado por los usuarios llena el Muro de Facebook. Foto de Quim Gil (CC BY-SA).
  • Los moderadores humanos son esenciales para abordar estos desafíos. Con su conocimiento local y contexto cultural, pueden identificar y responder con mayor precisión al discurso de odio. Emplear moderadores que estén familiarizados con las regiones y comunidades específicas que monitorean asegura que las decisiones de moderación sean contextualmente apropiadas y culturalmente sensibles.
  • La capacitación es otro componente crítico de la moderación efectiva de contenido. Las empresas de redes sociales deben invertir en programas de capacitación completos para sus moderadores. Estos programas deben centrarse en los estándares internacionales de derechos humanos y en los contextos culturales específicos de las regiones que sirven. Una capacitación adecuada ayuda a los moderadores a tomar decisiones informadas que equilibran la necesidad de prevenir daños con la protección de la libertad de expresión.
  • Los consejos de supervisión con experiencia local pueden proporcionar orientación y responsabilidad adicionales. Estos consejos revisan las decisiones de moderación, ofrecen perspectivas sobre cuestiones locales y aseguran que las prácticas de moderación de contenido se alineen con los estándares de derechos humanos. Involucrar a las partes interesadas locales en el proceso de supervisión mejora la legitimidad y efectividad de los esfuerzos de moderación de contenido.

Combinar herramientas automatizadas con moderación humana, invertir en capacitación y establecer consejos de supervisión son estrategias clave para abordar los desafíos de la moderación de contenido. Este enfoque integrado ayuda a las empresas de redes sociales a navegar las complejidades del discurso de odio en línea, asegurando que sus prácticas de moderación de contenido sean tanto efectivas como respetuosas de los derechos humanos.

Implementación de la moderación localizada

La moderación de contenido localizada es crucial para que las empresas de redes sociales gestionen eficazmente el discurso de odio. Esto implica varios pasos clave para garantizar que las prácticas de moderación sean culturalmente relevantes y se alineen con los estándares internacionales de derechos humanos.

  • El primer paso es desarrollar términos de servicio y normas comunitarias localizadas. Las empresas de redes sociales deben trabajar con expertos locales, organizaciones de la sociedad civil y líderes comunitarios para redactar estas normas. Esta colaboración garantiza que las directrices reflejen los contextos culturales y sociales únicos de las diferentes regiones, creando un marco más relevante y efectivo para la moderación de contenido.
  • Otro aspecto vital es emplear moderadores humanos con conocimiento local. Estos moderadores entienden las sutilezas culturales y contextuales que las herramientas automatizadas a menudo no capturan. Contratar a personas familiarizadas con los idiomas regionales, dialectos y prácticas culturales mejora la precisión y pertinencia de las decisiones de moderación. El conocimiento local permite a los moderadores distinguir entre discurso dañino y expresiones culturalmente específicas que pueden no ser ofensivas.
  • Los consejos de supervisión con representación local añaden capas de responsabilidad y orientación. Estos consejos revisan las decisiones de moderación, proporcionan perspectivas sobre cuestiones locales y aseguran que las prácticas de moderación de contenido se alineen con los estándares de derechos humanos. Incluir a las partes interesadas locales en el proceso de supervisión aumenta la credibilidad y efectividad de la moderación de contenido, abordando las preocupaciones de la comunidad y adaptando las prácticas a las dinámicas sociales en evolución.
  • El diálogo continuo con actores estatales y la sociedad civil también es esencial. Las empresas de redes sociales deben mantener abiertos los canales de comunicación con organismos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios. Este compromiso ayuda a las empresas a mantenerse informadas sobre problemas emergentes y preocupaciones de la comunidad, permitiendo ajustes oportunos a las prácticas de moderación. El diálogo continuo fomenta la colaboración y asegura que las estrategias de moderación de contenido sigan siendo relevantes y efectivas.

Siguiendo estos pasos, las empresas de redes sociales pueden lograr una moderación de contenido localizada que respete los derechos humanos. Este enfoque mejora la detección y gestión del discurso de odio y promueve un entorno digital más seguro e inclusivo. La moderación localizada, apoyada por la colaboración y la supervisión, aborda los complejos desafíos de moderar contenido en línea en un paisaje global diverso.

Conclusión

Adoptar un enfoque centrado en el ser humano y localizado para la moderación de contenido es crucial para regular eficazmente el discurso de odio en línea.Cette méthode garantit que les pratiques de modération soient culturellement pertinentes et sensibles aux divers contextes sociaux dans lesquels elles sont appliquées. Tirer parti de l'expertise locale et impliquer les parties prenantes de la communauté permet aux entreprises de réseaux sociaux de naviguer dans les complexités de la modération des discours de haine, améliorant ainsi la précision et la pertinence de leurs décisions.

Las empresas juegan un papel fundamental en la creación de un entorno digital más seguro e inclusivo. Alinear sus prácticas de moderación de contenido con los estándares internacionales de derechos humanos ayuda a proteger la libertad de expresión mientras se previenen daños. La responsabilidad de las empresas de redes sociales va más allá de las herramientas automatizadas e incluye moderadores humanos con conocimiento local, programas de capacitación completos y consejos de supervisión que proporcionan responsabilidad y orientación.

La colaboración entre las empresas de redes sociales, las partes interesadas locales y los expertos es esencial. Estas asociaciones garantizan que las prácticas de moderación de contenido sean sólidas, culturalmente sensibles y efectivas. Trabajando juntos, estas entidades pueden defender los derechos fundamentales, fomentar la diversidad y promover un espacio digital más inclusivo. Este esfuerzo colectivo es clave para abordar los desafíos del discurso de odio en línea y asegurar que el entorno digital siga siendo un lugar donde todas las voces puedan ser escuchadas y respetadas.

Al adoptar estas estrategias, las empresas de redes sociales pueden contribuir significativamente a mitigar los daños y promover la inclusividad en el mundo digital. La integración de prácticas de moderación de contenido localizadas, apoyadas por los principios de derechos humanos internacionales, representa un enfoque integral para gestionar el discurso de odio en línea y fomentar un entorno digital más seguro y equitativo para todos los usuarios.

Adaptado de un estudio académico para un público más amplio, bajo la licencia CC BY 4.0

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