La psicología detrás de las actitudes hacia el comercio
Winners and Losers: The Psychology of Foreign Trade, ganador del premio Merze Tate – Elinor Ostrom al mejor libro de 2022, desafía las teorías dominantes sobre cómo las personas forman sus preferencias comerciales. Diana C. Mutz sostiene que las actitudes hacia el comercio internacional están más influenciadas por la psicología social que por la experiencia económica personal. Al hacerlo, redefine nuestra comprensión del apoyo masivo a la globalización, el nacionalismo y las políticas económicas en las sociedades democráticas.
El libro desmonta la antigua suposición de que los individuos apoyan o rechazan el comercio en función de su propio bienestar material. Los modelos económicos tradicionales predicen que los trabajadores poco calificados en los países desarrollados se opondrán al libre comercio porque enfrentan la competencia de una mano de obra extranjera más barata, mientras que los trabajadores altamente calificados lo favorecerán.
Sin embargo, Mutz demuestra que esta lógica no se sostiene en los datos de opinión pública. En realidad, las actitudes hacia el comercio están moldeadas en gran medida por identidades sociales de grupo.
Muchos estadounidenses no se ven a sí mismos como actores económicos dentro de un sistema global; más bien, perciben el comercio a través de una lente de identidad grupal, donde otros países son vistos como competidores en lugar de socios. Esto explica por qué las opiniones sobre el comercio fluctúan drásticamente en respuesta a la retórica política en lugar de a los indicadores económicos.
El comercio como una cuestión de identidad nacional y racial
Uno de los hallazgos más provocadores del libro es que la oposición al comercio suele estar arraigada en la ansiedad racial y el temor al estatus más que en la racionalidad económica. Los estadounidenses blancos, en particular, son más propensos a oponerse al libre comercio no porque hayan perdido sus empleos debido a la globalización, sino porque perciben el comercio como un juego de suma cero en el que Estados Unidos—y, por extensión, su grupo racial—está perdiendo. Esto coincide con investigaciones más amplias sobre el resentimiento racial y el comportamiento político, reforzando la idea de que el comercio tiene tanto que ver con la identidad nacional y racial como con la economía.
La cobertura mediática también desempeña un papel crucial en la formación de las opiniones sobre el comercio. Mutz destaca cómo los medios tienden a enfatizar en exceso los aspectos negativos del comercio, especialmente la pérdida de empleos, mientras rara vez discuten los beneficios económicos más amplios. Este encuadre selectivo fomenta la percepción pública de que el comercio perjudica principalmente a los trabajadores estadounidenses, incluso cuando los datos económicos objetivos sugieren lo contrario. Además, la dinámica partidista complica aún más el tema.
Históricamente, los republicanos han estado asociados con políticas favorables al comercio, mientras que los demócratas, influenciados por los sindicatos, han tendido hacia el proteccionismo. Sin embargo, bajo Trump, esta dinámica se invirtió, con los republicanos adoptando un escepticismo comercial como parte de una agenda nacionalista más amplia.
Evidencia empírica e implicaciones políticas
El rigor empírico del libro es uno de sus mayores puntos fuertes. A través de experimentos de encuestas a gran escala, Mutz prueba sistemáticamente los mecanismos psicológicos que subyacen a las actitudes hacia el comercio. Encuentra que los estadounidenses son más favorables a los acuerdos comerciales con países que perciben como similares—cultural, política o económicamente—que con naciones vistas como extranjeras o adversarias. Esto sugiere que las preferencias comerciales no se basan únicamente en los beneficios económicos, sino que están profundamente entrelazadas con la identidad nacional, la afinidad cultural y la competencia entre grupos.
Más allá de sus contribuciones académicas, el libro tiene importantes implicaciones para los responsables políticos. Si la oposición al comercio no está impulsada por el interés económico personal, sino por factores sociales y psicológicos, entonces los esfuerzos por cambiar la opinión pública a través de argumentos económicos—como enfatizar la reducción de precios para los consumidores—tienen pocas probabilidades de éxito. En cambio, fomentar percepciones más positivas sobre la globalización y los países extranjeros podría ser una estrategia más efectiva.
Para los académicos en psicología política, relaciones internacionales y opinión pública, Winners and Losers es un estudio fundamental. Desafía las teorías económicas tradicionales y las sustituye por una comprensión más matizada de cómo se forman las actitudes hacia el comercio. En un momento en que los movimientos nacionalistas y las guerras comerciales están redefiniendo la política global, los hallazgos de Mutz son esenciales para cualquiera que busque entender la intersección entre la economía, la identidad y el comportamiento político. El libro está disponible aquí.