Cómo la democracia, los medios y la igualdad de género moldean las opiniones sobre el aborto

Sobre el libro Fetal Positions: Understanding Cross-National Public Opinion about Abortion, de Amy Adamczyk, publicado por Oxford University Press en 2025.

Amy Adamczyk
Amy Adamczyk
Professor of Sociology at John Jay College and the CUNY Graduate Center. She is the author of Fetal Positions: Understanding Cross-National Public Opinion about Abortion (Oxford,...
Una percha, símbolo del aborto inseguro, sostenida durante una protesta por los derechos reproductivos en Washington D. C. Fotografía de Victoria Pickering (CC-BY-NC-ND).

El aborto sigue siendo una de las cuestiones sociales globales más controvertidas, con actitudes que varían drásticamente entre países. Aunque las características individuales como la educación, los ingresos y las creencias religiosas personales ciertamente influyen, para entender por qué poblaciones enteras tienen opiniones distintas es necesario examinar los contextos más amplios en los que viven las personas.

En mi nuevo libro, Fetal Positions: Understanding Cross-National Public Opinion about Abortion, investigo por qué las actitudes hacia el aborto varían tanto a nivel mundial. Utilizando las tres últimas olas de datos de la Encuesta Mundial de Valores—más de 200,000 personas en 88 países que representan la gran mayoría de la población mundial—junto con un análisis sistemático de la cobertura periodística en 41 países y decenas de entrevistas con expertos en China y Estados Unidos, identifico varios factores a nivel micro y macro que influyen poderosamente en cómo las personas piensan sobre el aborto.

Cinco factores —la democracia, la igualdad de género, las leyes sobre el aborto, el contexto religioso y el desarrollo económico y educativo— resultan especialmente determinantes para moldear el rechazo individual al aborto. La gobernanza democrática, la libertad de prensa y la igualdad de género son particularmente útiles para entender cómo las sociedades desarrollan posturas más favorables hacia el aborto.

Las actitudes hacia el aborto reflejan más que convicciones morales individuales: surgen de los contextos institucionales y culturales más amplios que las sociedades crean y mantienen.

Estos factores son importantes porque modifican de forma fundamental la manera en que las sociedades abordan los temas controvertidos, qué voces son escuchadas y qué tipos de estructuras sociales los ciudadanos observan e interiorizan como normales. Los sistemas democráticos abren espacios para perspectivas diversas, los medios libres permiten un debate público complejo y la igualdad de género normaliza la autonomía femenina. En conjunto, crean condiciones que fomentan una mayor aceptación del aborto incluso en lugares donde los factores religiosos o económicos podrían limitar estas actitudes.

Este artículo examina cómo estos procesos democráticos y sociales relacionados con el género generan las condiciones para que surja la aceptación del aborto, ofreciendo una visión de por qué algunas sociedades apoyan más los derechos reproductivos mientras que otras mantienen posturas restrictivas.

Por qué importa el contexto nacional

Aunque los factores individuales —como la educación, los ingresos, la edad, las creencias religiosas y el estado civil— se comportan de forma constante entre países, no pueden explicar la gran variación que observamos entre ellos.

Si las características personales fueran los principales determinantes de las diferencias en las actitudes, esperaríamos distribuciones similares de opiniones entre países con perfiles demográficos comparables. Sin embargo, eso no es lo que se observa.

Las características de un país representan los entornos institucionales, culturales y estructurales compartidos que todos los residentes experimentan, independientemente de sus antecedentes individuales. Estos contextos a nivel macro conforman el marco en el que se forman y evolucionan las actitudes individuales. Cuando poblaciones enteras muestran patrones de opinión distintos que persisten incluso tras controlar por diferencias personales, eso indica la poderosa influencia de las experiencias sociales compartidas.

Ces forces au niveau national façonnent les attitudes par divers canaux. Les citoyens s’informent dans des environnements médiatiques spécifiques, observent comment leurs gouvernements traitent les sujets sensibles, perçoivent les normes sociales locales à travers leurs interactions quotidiennes, et intègrent les valeurs culturelles transmises par les institutions nationales. Ces expositions communes produisent des différences systématiques dans la manière dont les habitants abordent les enjeux sociaux. Les institutions politiques d’un pays, ainsi que son engagement envers l’égalité de genre, les droits individuels et les libertés civiles, influencent la manière dont ses citoyens perçoivent l’avortement. Parmi ces éléments, le type de gouvernance joue un rôle particulièrement déterminant.

La democracia fomenta la tolerancia

La democracia puede influir poderosamente en la aceptación del aborto. Las instituciones democráticas ofrecen foros para el debate público donde los ciudadanos se enfrentan a múltiples puntos de vista sobre temas sociales, incluida la variedad de razones por las que una mujer puede necesitar o querer abortar. En las democracias, los ciudadanos eligen representantes, participan en el discurso público, protestan contra las acciones del gobierno y acceden a fuentes de información diversas. Debido a estas dinámicas, los ciudadanos pueden volverse más tolerantes con las opiniones diferentes y mostrar mayor respeto por los derechos individuales. Las elecciones regulares incentivan a los políticos a responder a las preferencias del público en lugar de imponer posturas ideológicas únicas.

Evidencia cuantitativa presentada en Fetal Positions ilustra el efecto liberalizador de la democracia sobre las actitudes hacia el aborto. Como muestra la Figura 1, los ciudadanos de sociedades democráticas y parcialmente democráticas muestran un apoyo significativamente mayor al aborto que aquellos en naciones no democráticas.

Figura 1: Cómo la democracia y las leyes sobre el aborto a nivel nacional influyen en la desaprobación individual (Sociedades N=88; Individuos N=220,239)

Figura 1: Cómo la democracia y las leyes sobre el aborto a nivel nacional influyen en la desaprobación individual (Sociedades N=88; Individuos N=220,239)
Referencia: Fetal Positions: Understanding Cross-national Public Opinion about Abortion.

Cabe destacar que la diferencia clave se encuentra entre las naciones no democráticas y el resto. Las democracias parciales—sociedades que combinan elementos democráticos y autoritarios—muestran niveles de aceptación del aborto similares a los de las democracias plenas. Esto sugiere que incluso aperturas democráticas limitadas pueden promover visiones más tolerantes al ofrecer espacios para la diversidad de opiniones y discursos basados en derechos.

La libertad de los medios crea un discurso complejo

La gobernanza democrática también influye en cómo se enmarca el aborto en el discurso público. Los países con mayores libertades políticas promueven una cobertura mediática más diversa y compleja sobre temas potencialmente controvertidos.

Mi equipo de investigación codificó manualmente más de 800 artículos periodísticos en inglés de 41 países durante un año. Encontramos diferencias notables en la forma en que se presenta el aborto según los niveles de libertad de cada nación. Los países con altos niveles de libertad—como Canadá, Taiwán, Finlandia, Alemania, Irlanda, Japón y el Reino Unido—muestran un discurso sobre el aborto mucho más diverso que aquellos con libertades restringidas, como China, Irán, Arabia Saudita, Vietnam, Zimbabue, Tailandia, Turquía, Uganda y Egipto.

Las diferencias son contundentes. Los artículos en países con alta libertad presentan en promedio 1.78 temas distintos por artículo, frente a solo 1.02 en los países con baja libertad. Esta diversidad incluye todo tipo de perspectivas, no solo las liberales.

Como muestra la Figura 2, los países con mayor libertad son más propensos a publicar artículos periodísticos que incluyen actores religiosos (19% frente a 4%), temas de moralidad (40% frente a 8%), voces de movimientos sociales (34% frente a 15%), actividades de protesta (36% frente a 19%), posturas gubernamentales (82% frente a 54%) y discusiones legales (88% frente a 64%).

Figura 2: De lo limitado a lo diverso: cómo la libertad política moldea la cobertura mediática sobre el aborto (Países N=41; Periódicos N=80; Artículos N=810)

Figura 2: De lo limitado a lo diverso: cómo la libertad política moldea la cobertura mediática sobre el aborto (Países N=41; Periódicos N=80; Artículos N=810)
Referencia: Fetal Positions: Understanding Cross-national Public Opinion about Abortion.

Estos hallazgos cuestionan la idea de que la libertad de prensa solo favorece perspectivas liberales. En realidad, una mayor libertad fomenta un discurso público más rico y complejo que incorpora una variedad de puntos de vista a lo largo del espectro político.

La igualdad de género normaliza la autonomía femenina

La igualdad de género dentro de una sociedad también contribuye a aumentar el apoyo al aborto, incluso considerando el tipo de gobierno. Los países con alta desigualdad de género cuentan con menos mujeres en cargos de liderazgo y con una representación femenina limitada en profesiones prestigiosas. Los mensajes culturales provenientes de los medios, la educación, la religión y las interacciones familiares refuerzan los roles domésticos tradicionales. Cuando las mujeres están ausentes de los espacios de poder, las sociedades desarrollan expectativas más estrechas sobre sus capacidades y trayectorias de vida.

El efecto del contexto religioso de un país es más determinante que el desarrollo económico o la democracia en la formación del rechazo al aborto.

En cambio, las sociedades con igualdad de género exponen regularmente a sus ciudadanos a mujeres que ejercen autonomía en la educación, las carreras profesionales y la vida pública. Estas experiencias normalizan la autoridad femenina en la toma de decisiones y cuestionan los supuestos tradicionales sobre los roles «apropiados» para las mujeres. Cuando las poblaciones ven a mujeres liderando y tomando decisiones complejas con competencia, interiorizan esas capacidades como normales en lugar de excepcionales.

Este cambio cultural tiene implicaciones prácticas. Las mujeres en sociedades más igualitarias reconocen que tienen opciones viables más allá de la maternidad y el matrimonio—carreras, educación y metas personales que pueden entrar en conflicto con embarazos tempranos o no deseados. Esta ampliación del horizonte vital hace que la autonomía reproductiva se perciba como necesaria y legítima.

Como se ilustra en la Figura 3, la relación cuantitativa entre la desigualdad de género a nivel nacional y la desaprobación del aborto refleja estas dinámicas culturales, y se mantiene fuerte incluso tras considerar el desarrollo económico, los niveles educativos, la gobernanza democrática y una variedad de características personales, incluido el género. Dentro de los países, la igualdad de género también puede influir en cómo se enmarca el tema: las sociedades más igualitarias tienden a presentar el aborto desde una perspectiva médica y de salud, resaltando las necesidades sanitarias de las mujeres, mientras que los países menos igualitarios tienden a enmarcarlo desde ángulos morales o religiosos que priorizan el orden social sobre la autonomía individual.

Figura 3: La desigualdad de género a nivel nacional influye en el apoyo personal al aborto más allá de los factores individuales

Figura 3: La desigualdad de género a nivel nacional influye en el apoyo personal al aborto más allá de los factores individuales
Referencia: Fetal Positions: Understanding Cross-national Public Opinion about Abortion.

Efectos institucionales reforzados

Estas características a nivel nacional no actúan de forma aislada, sino que se refuerzan mutuamente a través de mecanismos de retroalimentación política. La gobernanza democrática, la libertad de prensa y la igualdad de género tienden a agruparse, creando entornos que se refuerzan entre sí y que pueden apoyar o limitar la aceptación del aborto.

Fetal Positions incluye un análisis comparativo de casos entre Estados Unidos y China.

La relación entre las actitudes y las políticas de aborto ilustra estas dinámicas. Como se muestra en la Figura 1, los países con restricciones severas al aborto registran una puntuación media de desaprobación de 7.96, mientras que las naciones que permiten el aborto a demanda tienen un promedio de 7.59. Sin embargo, la relación causal es bidireccional: las actitudes favorables permiten políticas liberales, y estas políticas ayudan a normalizar el aborto.

En sociedades democráticas con medios libres e igualdad de género, los ciudadanos se enfrentan a una variedad de perspectivas sobre los derechos reproductivos, observan a mujeres ejerciendo su autonomía en distintos ámbitos de la vida y participan en procesos políticos donde se protegen los derechos individuales. Estas experiencias generan contextos culturales en los que el acceso al aborto se percibe como coherente con los valores sociales más amplios.

Otros factores determinantes: religión y desarrollo

Aunque la democracia, la libertad de prensa y la igualdad de género son predictores sociales sólidos de las actitudes hacia el aborto, hay otros dos factores que también merecen atención: las culturas religiosas y el desarrollo económico y educativo.

Manifestantes contra el aborto, entre ellos miembros del clero católico, marchan en Londres con motivo del aniversario de la Ley del Aborto del Reino Unido. Fotografía de Catholic Church England and Wales (CC BY-NC-ND).

El compromiso religioso personal y la intensidad de la religiosidad general en los países tienen un gran peso en la formación del rechazo al aborto. Incluso las personas no religiosas tienen más probabilidades de oponerse al aborto si viven en países donde la religión es socialmente importante. Fetal Positions muestra que el efecto contextual religioso nacional es más fuerte que el desarrollo económico o la democracia en la formación del rechazo al aborto.

Una segunda influencia religiosa nacional es la proporción de población católica. Aunque los católicos individuales no difieren mucho de otros creyentes en sus actitudes personales hacia el aborto, en los países católicos—especialmente en América del Sur y en naciones como Polonia—los ciudadanos muestran niveles más altos de desaprobación. En estas sociedades, el catolicismo actúa como una autoridad moral presente en la política, los medios y las narrativas nacionales, generando entornos donde las perspectivas antiaborto impregnan el discurso público, sin importar la afiliación religiosa individual.

La estructura jerárquica de la Iglesia permite mensajes coherentes, mientras que su integración en la identidad nacional hace que la oposición al aborto parezca una cuestión cultural más que de fe personal. Esto genera un efecto contextual poderoso: todos los residentes, sean o no católicos practicantes y más allá de cuán religiosos sean, tienen mayor probabilidad de desaprobar el aborto que quienes viven en países menos católicos.

El desarrollo económico y educativo también transforma los marcos morales a nivel nacional. A medida que las sociedades pasan de la pobreza agraria a la riqueza industrial, sus valores culturales se desplazan hacia la autonomía individual y los derechos. En las sociedades más pobres, la supervivencia es la preocupación dominante y los roles familiares tradicionales se refuerzan. En cambio, las naciones más ricas y con mayor nivel educativo generan espacio para el discurso sobre los derechos individuales y exponen a sus poblaciones a visiones diversas sobre los roles de las mujeres.

Conclusión: comprender la opinión pública en contexto

Las actitudes hacia el aborto reflejan más que convicciones morales individuales: surgen de los contextos institucionales y culturales más amplios que las sociedades crean y mantienen. La gobernanza democrática, la libertad de los medios y la igualdad de género fomentan entornos donde los ciudadanos acceden a diversas perspectivas, observan la autonomía femenina y participan en un discurso público complejo, lo que conduce a diferentes patrones en la formación de actitudes.

Sin embargo, estos patrones no se manifiestan de la misma manera en todos los países. Cada nación tiene una historia particular que puede matizar o complicar estas tendencias generales. Estados Unidos, por ejemplo, presenció en 2022 la decisión Dobbs de la Corte Suprema, que anuló el derecho constitucional al aborto, a pesar de ser considerado un país altamente democrático. China presenta otro caso llamativo: su política del hijo único limitó durante una generación el número de hijos por pareja, creando contextos culturales y demográficos únicos que difieren marcadamente del panorama global.

Estos casos muestran que las trayectorias nacionales involucran historias internas complejas, cambios institucionales y dinámicas políticas que pueden superar los patrones observados a nivel global. Fetal Positions incluye un estudio comparativo de los casos de Estados Unidos y China para analizar mejor estas dinámicas internas y entender cómo los contextos nacionales específicos moldean el apoyo al aborto más allá de las categorías institucionales generales.

Los hallazgos aquí presentados iluminan cómo las características sociales moldean la formación de la opinión pública en distintas sociedades. Los países que restringen la libertad de prensa, limitan las oportunidades para las mujeres y constriñen la participación política generan entornos distintos para el desarrollo de actitudes que aquellos con instituciones más abiertas. No obstante, como muestran los ejemplos de EE. UU. y China, las tendencias generales interactúan con configuraciones políticas específicas, historias legislativas y contextos culturales de formas complejas.

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Si bien ningún país encaja perfectamente en un modelo teórico, los patrones internacionales presentados ofrecen una visión importante: las sociedades con instituciones democráticas más sólidas, medios más libres y mayor igualdad de género tienden a mostrar menores niveles de desaprobación del aborto. Estas características sociales no solo influyen en las leyes o políticas, sino también en cómo piensa la gente, qué voces escucha y qué experiencias valora.

En una época de creciente polarización en torno a los derechos reproductivos, esta investigación subraya la importancia del contexto social en la formación de la opinión pública. Al considerar cómo varían globalmente las opiniones sobre el aborto, obtenemos una comprensión más clara no solo de lo que piensa la gente, sino también de las condiciones sociales que hacen más probable la aparición de ciertas perspectivas. Reconocer estos patrones proporciona una guía valiosa para quienes buscan promover debates públicos más informados, inclusivos y equitativos—ya sea sobre el aborto u otros temas profundamente controvertidos.

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Profesora de Sociología en John Jay College y en el CUNY Graduate Center. Es autora de Fetal Positions: Understanding Cross-National Public Opinion about Abortion (Oxford, 2025), un estudio global sobre las actitudes hacia el aborto, y coautora de Handing Down the Faith. Su investigación premiada sobre religión y opinión pública ha sido ampliamente publicada en revistas académicas y medios de comunicación de renombre.