Eros y el emperador: el nacionalismo homoerótico de Mishima Yukio

A través del prisma del "nacionalismo homoerótico", Mishima Yukio traza intrincadamente el terreno donde los deseos personales y las ideologías políticas convergen, desafiándonos a reconsiderar los límites de la identidad y la lealtad en el Japón de la posguerra.

Kazuyoshi Kawasaka
Kazuyoshi Kawasaka

Mishima Yukio sigue siendo una figura singularmente provocativa e influyente en el paisaje de la literatura y la política japonesas. Su extensa obra, que incluye novelas, obras de teatro y ensayos, se caracteriza por una profunda exploración de temas como la belleza, la mortalidad y las complejidades de la identidad personal y nacional. La vida de Mishima, que terminó en un acto dramático y altamente publicitado de seppuku en 1970, epitomiza las contradicciones y tensiones que impregnan sus obras literarias.

En el corazón de su universo narrativo se encuentra la intrincada integración del homoerotismo con un ferviente y, a menudo, controvertido nacionalismo. Esta yuxtaposición ofrece una lente única a través de la cual examinar la interacción entre los deseos privados y las ideologías públicas, especialmente a través de la idealización que Mishima tenía del Emperador de Japón y su visión para la nación.

A través de su vida y obra, Mishima desafió los límites de la identidad política y sexual.

Este artículo se esfuerza por desentrañar estos complejos temas, con el objetivo de arrojar nueva luz sobre las contribuciones de Mishima tanto a la literatura japonesa como al discurso político. Al examinar cómo las inclinaciones personales de Mishima hacia el homoerotismo se entrelazan con sus sentimientos nacionalistas, busco descubrir las implicaciones más profundas de su fascinación por el emperador y el estado. Esta exploración es vital para comprender las ramificaciones más amplias de la obra de Mishima, incluyendo cómo confronta las percepciones tradicionales de la sexualidad, la lealtad y la identidad.

A través de este análisis, mi objetivo es tanto iluminar el legado literario y político de Mishima como interactuar con el intrincado tejido de la sociedad japonesa de la posguerra. Este enfoque pretende proporcionar una comprensión exhaustiva del impacto duradero de Mishima y la relevancia persistente de sus indagaciones sobre la esencia de la devoción, tanto a la nación como a los anhelos más íntimos.

La ideología política de Mishima

La carrera literaria de Mishima Yukio estuvo profundamente entrelazada con su compleja ideología política, marcada por un sentimiento nacionalista inquebrantable y una reverencia idealizada por el Emperador de Japón. Esta sección profundiza en el intrincado tejido de las visiones nacionalistas de Mishima, caracterizadas por una creencia ferviente en la sacralidad del emperador y la nación.

A diferencia de las narrativas políticas predominantes del Japón de la posguerra, que en gran medida adoptaron el pacifismo y los principios democráticos bajo la influencia de la ocupación estadounidense, la ideología de Mishima rememoraba una era prebélica idealizada. Envisionaba un Japón que mantenía los valores tradicionales de los samuráis, enfatizando el honor, la lealtad y el sacrificio último por el emperador y el país.

La postura política de Mishima no era solo un anhelo nostálgico por el pasado, sino también una crítica de la sociedad contemporánea que veía como emasculada. Creía que la constitución pacifista de la posguerra, que renunciaba a la guerra y reducía el papel del emperador a una mera figura simbólica, había llevado a una pérdida de la identidad y la fuerza nacional. En su opinión, la restauración del estatus divino del emperador y el reavivamiento del espíritu bushido eran esenciales para el resurgimiento de Japón como una nación formidable.

Esta divergencia ideológica de la política convencional no era meramente teórica para Mishima. Tomó medidas tangibles para manifestar sus creencias, más notablemente a través de la formación del Tatenokai, una milicia privada compuesta por jóvenes dedicados a los valores marciales tradicionales y a la defensa del emperador.

El acto final de protesta de Mishima —su dramático suicidio por seppuku en la sede de las Fuerzas de Autodefensa de Japón— fue la culminación de su nacionalismo homoerótico, simbolizando su desesperación por la desviación de Japón de su legado imperial y su devoción personal a una noción idealizada de belleza y sacrificio. A través de su vida y obra, Mishima desafió los límites de la identidad política y sexual, entrelazando sus deseos homoeróticos con su fervor nacionalista en un tapiz provocativo que continúa fascinando y desconcertando.

Nacionalismo homoerótico en la literatura de Mishima

La exploración de temas homoeróticos por parte de Mishima Yukio en su literatura pasó de ser una elección estética a una profunda expresión de sus ideologías políticas y personales. En "Confesiones de una máscara", Mishima se adentra en la vida de un joven que lucha con su homosexualidad en una sociedad que reprime la individualidad y la no conformidad. El conflicto interno del protagonista y su metáfora de llevar una máscara destacan la tensión entre los deseos personales y las expectativas sociales. El viaje del protagonista refleja la búsqueda de Mishima por una identidad personal, quien luchó con sus propios deseos queer.

El nacionalismo homoerótico en las obras de Mishima funciona como una intersección provocativa del deseo personal y la ideología política.

"El Templo del Pabellón Dorado" ejemplifica aún más el uso de Mishima del homoerotismo para criticar la decadencia cultural y estética. El protagonista de la novela, obsesionado con la belleza del Pabellón Dorado, encarna el temor de Mishima a la pérdida de la belleza y los valores tradicionales en el Japón moderno. Su impulso destructivo hacia el templo simboliza un rechazo de la realidad defectuosa en favor de una belleza idealizada e inalcanzable. Este acto de destrucción resuena con el fervor nacionalista de Mishima, donde la destrucción del tejido social de la posguerra es un paso necesario hacia la resurrección de un Japón que se alinea con su visión idealizada y cargada de homoerotismo de la nación.

El homoerotismo puede convertirse en una crítica directa contra el Japón de la posguerra y el emperador. La novela de Mishima, “Voces de los muertos heroicos”, expresó las penas de los soldados muertos del incidente del 26 de febrero y de los pilotos kamikaze (Tokkōtai) que confesaron su amor por el Emperador Hirohito, pero lo criticaron, junto con la sociedad japonesa de la posguerra, a través de un médium espiritista. Las voces de los soldados muertos acusan a Hirohito de su negación de la divinidad. Mishima representó las voces de soldados muertos que fueron “traicionados” por su Declaración de Humanidad, que “anuló” tanto el significado de su sacrificio como la base de la masculinidad militante japonesa. Al mismo tiempo, Mishima despreciaba la sociedad japonesa de la posguerra, que era pacífica y económicamente floreciente, simbolizada por el éxito de los Juegos Olímpicos en Tokio en 1964.

A través de su literatura, Mishima emplea el homoerotismo no solo como un elemento temático sino como una herramienta crítica para navegar y articular sus complejas ideologías. Por lo tanto, el nacionalismo homoerótico en las obras de Mishima sirve como una intersección provocativa del deseo personal y la ideología política, ofreciendo una perspectiva única sobre la identidad, la belleza y la lealtad en el contexto de la tumultuosa transición de Japón hacia la era moderna.

Nacionalismo y deseo queer

La fusión del nacionalismo y el deseo queer en la vida y obra de Mishima Yukio refleja una síntesis única de ideologías personales y políticas contra el telón de fondo del Japón de mediados del siglo XX. Los escritos y la personalidad pública de Mishima navegaron la compleja interacción entre su identidad queer y sus fervientes creencias nacionalistas, un viaje marcado tanto por la controversia como por la admiración. Esta entrelazación de nacionalismo homoerótico ofrece una lente profunda a través de la cual entender la crítica de Mishima a la sociedad japonesa y su idealización del pasado.

Durante la vida de Mishima, Japón experimentó transformaciones significativas, emergiendo de las devastaciones de la Segunda Guerra Mundial para abrazar una modernización económica rápida y la democratización. Este período vio una tensión entre el orden social japonés existente, incluyendo la reverencia por el emperador y la nación, y la nueva adopción de ideales democráticos occidentales. La expresión de los deseos queer de Mishima, explorada a través de su literatura y activismo político, era controvertida para su tiempo. Era un artista popular pero a veces ridiculizado por la sociedad japonesa conservadora.

Mishima’s nationalism, deeply rooted in the idealization of the samurai and the imperial cult, was at odds with the prevailing societal norms that were increasingly adopting Japan’s pacifist role and the traditional values Mishima cherished. His queer desire added another layer of complexity to his nationalist pursuits, as it reconstructed Japanese masculinity.

Más allá de lo político, el simbolismo del emperador se extiende al ámbito de los deseos homoeróticos de Mishima.

La valorización por Mishima de la belleza y la fuerza masculinas, y su representación de vínculos masculinos intensos en sus obras, pueden ser vistas como una forma de nacionalismo homoerótico que celebraba un Japón masculino idealizado al mismo tiempo que criticaba su decadencia contemporánea y la pérdida de identidad.

El contexto social e histórico de Japón durante la era de Mishima se caracterizaba por un silencio relativo sobre los temas queer, sin aceptación generalizada ni persecución abierta. Esta ambigüedad permitió la exploración de Mishima de temas queer dentro de su marco nacionalista, aunque sin desafiar directamente las normas sociales profundamente arraigadas. La vida y obra de Mishima, que encarnan la fusión entre su deseo queer y sus creencias nacionalistas, ofrecen una perspectiva única sobre las complejidades de la sexualidad y el nacionalismo en Japón, revelando las formas matizadas en que las identidades personales pueden cruzarse e informar las ideologías políticas.

El simbolismo del emperador

En el intrincado universo narrativo de Mishima Yukio, el emperador emerge no meramente como una figura simbólica, sino como un profundo símbolo que entrelaza lo político con lo profundamente personal, especialmente dentro del contexto del nacionalismo homoerótico. Este simbolismo es multifacético, encapsulando el anhelo de Mishima por un retorno a los valores tradicionales, su crítica a la desmasculinización del Japón de la posguerra y sus complejos deseos eróticos. A través del emperador, Mishima navega los reinos de la ideología política, el deseo queer personal y la expresión estética, haciendo de este símbolo una piedra angular de su exploración filosófica y literaria.

El emperador, para Mishima, representaba el epítome de la identidad y continuidad japonesa, encarnando el alma de la nación y su linaje ininterrumpido. Esta reverencia está profundamente entrelazada con los sentimientos nacionalistas de Mishima, reflejando su idealización de un Japón que mantiene su pureza cultural y resiste las influencias diluyentes de los movimientos de izquierda en los años 60 y la dependencia política de EE.UU. En sus obras, el emperador a menudo es idealizado como una figura de belleza trascendente y autoridad moral, una deidad viviente cuya presencia santifica a la nación y su gente. Esta sacralización del emperador es un componente clave de la ideología política de Mishima, abogando por un retorno a la nación donde la autoridad simbólica del emperador es suprema.

El nacionalismo de Mishima le permitió negociar su personalidad queer con el ideal nacional.

Más allá de lo político, el simbolismo del emperador se extiende al ámbito de los deseos homoeróticos de Mishima. La estetización del poder y la forma masculina en las obras de Mishima a menudo convergen en la figura del emperador o lo que representa: una convergencia de fuerza, belleza y pureza. Esta idealización lleva consigo subtonos homoeróticos, donde el simbolismo político del emperador se convierte en un sitio de deseo, un punto focal alrededor del cual orbitan las narrativas de Mishima de anhelo, belleza y destrucción. Esta entrelazación de lo político y lo erótico subraya la creencia de Mishima en la inseparabilidad del cuerpo y el estado, el deseo personal y el destino nacional.

Las implicaciones de este simbolismo son vastas, ofreciendo perspectivas no solo sobre la compleja visión del mundo de Mishima, sino también sobre sus cuestiones de sexualidad. Revela su lucha con la heteronormatividad japonesa, su crítica a la identidad japonesa de la posguerra y su búsqueda de una reforma nacional radical que creía que el emperador podría ofrecer. Este doble simbolismo del emperador como un ideal tanto político como personal nos permite entender la obra de Mishima como una búsqueda de significado en un mundo heteronormativo como artista queer que adoraba los valores tradicionales masculinos japoneses pero se sentía alienado del ideal masculino japonés.

Así, el emperador en la obra de Mishima es más que un personaje o un símbolo; es el nexo de las batallas personales de Mishima, un faro de identidad nacional y un lienzo para la imaginación erótica. A través de este símbolo, Mishima articula su visión del nacionalismo homoerótico, donde el amor por la nación y por el emperador trasciende los límites convencionales, mezclando el fervor político con la búsqueda de belleza y cumplimiento erótico.

Conclusión

Las empresas literarias y filosóficas de Mishima Yukio entrelazan complejamente el nacionalismo con temas homoeróticos, coalesciendo en lo que se ha identificado como "nacionalismo homoerótico". Esta fusión no solo marca el paisaje narrativo e ideológico de Mishima, sino también arroja luz reveladora sobre los contornos sociopolíticos del Japón de la posguerra.

El nacionalismo de Mishima, impregnado de una veneración por el significado emblemático del emperador, le permitió negociar su personalidad queer con el ideal nacional. Este anhelo trasciende la mera ideología política, aventurándose en los ámbitos de la estética y el deseo erótico. Las obras de Mishima, a través de su enfoque en la forma masculina y la encarnación de la autoridad, articulan una visión de Japón que es simultáneamente pura, estéticamente sublime y firme, lo cual fascina transnacionalmente a activistas de extrema derecha contemporáneos. Sin embargo, esta visión está llena de contradicciones, reflejando las tensiones más amplias entre tradición y modernidad, identidad queer personal y ethos colectivo heteronormativo.

La integración del homoerotismo con el sentimiento nacionalista en las narrativas de Mishima interrumpe las dicotomías tradicionales entre sexualidad e ideología política, sugiriendo una relación compleja e interrelacionada. Esta síntesis invita a una reevaluación de cómo entendemos la identidad individual y nacional, desafiándonos a considerar las maneras en que los deseos personales y las creencias políticas pueden informarse y remodelarse mutuamente.

Reflexionar sobre las implicaciones más amplias de la obra de Mishima ofrece profundos conocimientos sobre la dinámica política y social japonesa. Subraya las formas matizadas en que Japón luchó con su identidad de posguerra, oscilando entre influencias occidentales y la reafirmación de valores tradicionales o la desmasculinización por la derrota en la Guerra del Pacífico y la nueva identidad como líder económico. El "nacionalismo homoerótico" de Mishima sirve no solo como testimonio de sus luchas personales e ideológicas, sino también como una lente a través de la cual se pueden discernir las complejidades de la sociedad japonesa —su pasado, presente y futuro—. A través de Mishima, obtenemos una comprensión más profunda del intrincado baile entre el deseo de un pasado idealizado y las realidades de un mundo moderno y globalizado.

Adaptado de un artículo académico para un público más amplio, bajo licencia CC BY 4.0

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Investigador principal en el Instituto de Estudios Japoneses Modernos de la Universidad Heinrich Heine en Düsseldorf, Alemania. Dirige el proyecto financiado por la DFG "Diversidad Sexual y Derechos Humanos en el Japón del Siglo XXI: Activismos y Resistencia LGBTQ+ desde una Perspectiva Transnacional". Posee un doctorado en Estudios de Género de la Universidad de Sussex, especializándose en nacionalismo, políticas queer y cuestiones LGBTQ+ en Japón.