Proyecto 2025: una agenda autoritaria disfrazada de reforma

El “Mandate for Leadership” 2025 de la Heritage Foundation presenta un esfuerzo coordinado para reestructurar la gobernanza federal mediante la concentración del poder ejecutivo y la reconfiguración de las normas institucionales según criterios partidistas.

Lectura 9 min.
Lectura 9 min.

¿Qué es el Proyecto 2025?

El Proyecto 2025 es una iniciativa integral impulsada por The Heritage Foundation y más de 70 organizaciones conservadoras para reestructurar el gobierno federal de Estados Unidos. Su objetivo es centralizar la autoridad ejecutiva, eliminar la autonomía burocrática e imponer una conformidad ideológica en todas las instituciones federales. A través del restablecimiento de políticas como “Schedule F”, busca purgar el servicio civil de profesionales no partidistas y reemplazarlos con leales alineados con una agenda ideológica restrictiva.

Los principales arquitectos del Proyecto 2025 ya ocupan cargos dentro de la administración Trump. Según informa CBS News, la “Presidential Personnel Database” del plan preselecciona a operadores conservadores para miles de puestos federales que históricamente han estado protegidos de los cambios políticos (CBS News, 2024).

La BBC confirma que el Proyecto 2025 no es solo un manual de políticas públicas, sino un plan de transición a gran escala que detalla una hoja de ruta de 180 días para desmantelar departamentos federales e instalar leales ideológicos en todo el poder ejecutivo (BBC News, 2024). Según Slate, sus ambiciones también abarcan la transformación de la política familiar, las normas de género y el lugar de las mujeres en la vida pública (Slate, 2025).

Proyecto 2025 y la teoría del Ejecutivo unitario

En su esencia, el Proyecto 2025 se basa en la “teoría del Ejecutivo unitario”, una interpretación maximalista del artículo II de la Constitución. El plan concibe una presidencia sin restricciones de supervisión independiente, con poder para controlar cada parte de la burocracia federal.

The Heritage Foundation headquarters in Washington, D.C.—the driving force behind Project 2025, an initiative aiming to radically restructure the U.S. federal government.
La sede de la Heritage Foundation en Washington, D.C., fuerza impulsora del Proyecto 2025, una iniciativa que busca reestructurar radicalmente el gobierno federal de Estados Unidos. Foto de Mike Licht (CC BY).

Al reintroducir el programa “Schedule F”, la iniciativa eliminaría las protecciones de los funcionarios de carrera, permitiendo despidos masivos por motivos ideológicos. Más que una simple reorganización administrativa, el Proyecto 2025 representa un intento deliberado de convertir la maquinaria institucional del Estado en un instrumento al servicio de objetivos partidistas. Agencias como la Oficina de Gestión de Personal y el Departamento de Justicia están en la mira para ser transformadas en herramientas de autoridad presidencial directa.

Proyecto 2025 y el retroceso de los derechos civiles

El Proyecto 2025 propone un desmantelamiento integral de las protecciones de los derechos civiles, con importantes repercusiones en la educación, la ciencia y la equidad racial. Según informa Nature, la iniciativa limitaría la libertad académica, eliminaría la financiación para la investigación climática y desmantelaría los programas de diversidad en las áreas STEM (Nature, 2025).

En la educación superior, Athena M. King y Sara Sanatkar muestran que el Proyecto 2025 normalizaría la discriminación contra estudiantes y docentes LGBTQ+, especialmente mediante reinterpretaciones del Título IX que excluyen la identidad de género. En los estados conservadores, el efecto disuasorio sería inmediato: se sanitizarían los planes de estudio, se eliminarían los programas de estudios queer y se politizarían los procesos de contratación.

Un informe de enero de 2025 del Thurgood Marshall Institute destaca el impacto racializado del Proyecto 2025. Aunque no se menciona explícitamente a las comunidades negras, estas se ven desproporcionadamente afectadas por propuestas como eliminar Head Start, privatizar la educación y recortar fondos a instituciones que reconocen el racismo sistémico. Órdenes ejecutivas como Ending Radical Indoctrination in K-12 Schooling institucionalizan un marco de borrado cultural, marginando aún más a comunidades ya en situación de riesgo.

Proyecto 2025 y el ataque a los derechos de las personas transgénero

CQ Quinan caracteriza el Proyecto 2025 como una transición de la regulación al borrado de las vidas trans.

El documento propone prohibir la atención médica de afirmación de género, revocar el reconocimiento legal de las personas no binarias y poner fin a la recolección de datos federales sobre identidad de género.

Quinan sostiene que estas medidas reflejan una estrategia de aniquilación simbólica mediante el aparato estatal.

En el prólogo del documento, Kevin Roberts equipara la visibilidad trans con la decadencia moral. Esta retórica no solo permite la exclusión institucional, sino que también justifica la vigilancia y el castigo de docentes, bibliotecarios y profesionales de la salud que apoyan a las comunidades trans.

King y Sanatkar destacan que estas disposiciones se ven reforzadas por la ampliación de las cláusulas de conciencia, que otorgan exenciones religiosas por encima de las protecciones civiles.

Proyecto 2025 y la reforma de la política sanitaria

Katherine Brewer expone las amplias implicaciones del plan para la salud pública. El Proyecto 2025 propone desmantelar los CDC, la FDA y los CMS como autoridades regulatorias. Promueve políticas de abstinencia sexual exclusiva, prohíbe la investigación con tejido fetal y busca revocar el acceso a la mifepristona y el misoprostol.

Kevin Roberts, president of The Heritage Foundation and lead architect of Project 2025, speaks at a conservative political event
Kevin Roberts, presidente de The Heritage Foundation y principal arquitecto del Proyecto 2025, habla en un evento político conservador. Foto de Gage Skidmore (CC BY-SA).

El acceso a la atención médica se reestructuraría mediante la privatización de Medicare y la conversión de Medicaid en subvenciones en bloque para los estados. El plan también permite a los proveedores negar atención por razones morales o religiosas, poniendo en riesgo el acceso a servicios de salud reproductiva y de afirmación de género, especialmente para poblaciones marginadas.

Desregulación y control ejecutivo

La dimensión económica del Proyecto 2025 no se define por principios de libre mercado, sino por una imposición ideológica selectiva. Propone eliminar la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), debilitar la FTC y concentrar el poder antimonopolio en el Departamento de Justicia, al tiempo que inicia investigaciones contra empresas que adopten marcos ESG o DEI.

Esta estrategia replantea la desregulación no como una libertad de mercado, sino como un mecanismo para castigar la desviación ideológica. Las agencias que antes estaban destinadas a proteger a consumidores y trabajadores se convertirían en herramientas para alinear el comportamiento corporativo con los límites culturales permitidos. En esta visión, la autonomía económica queda supeditada a la conformidad política.

Proyecto 2025 y el retroceso democrático

Lo que distingue al Proyecto 2025 no es tanto su orientación ideológica como su ambición estructural. En lugar de gobernar dentro del orden liberal-democrático, busca sustituirlo. La neutralidad administrativa, la independencia judicial y los controles institucionales se redefinen como obstáculos a eliminar.

Este modelo refleja el retroceso democrático observado en Hungría, Turquía e India, donde los procedimientos electorales persisten, pero el pluralismo institucional se vacía de contenido. La meta es conservar los procesos electorales mientras se convierten en instrumentos que legitiman un poder ejecutivo sin restricciones.

Al borrar la distinción entre Estado y partido, el Proyecto 2025 importa la lógica de la gobernanza iliberal al contexto estadounidense. Su implementación supondría un cambio sistémico: del equilibrio constitucional al gobierno centralizado por decreto.

Proyecto 2025 y la expansión de la pena de muerte

La agenda de justicia penal del Proyecto 2025 refuerza su lógica autoritaria más amplia. Propone acelerar las ejecuciones, incluso de personas que ya están en el corredor de la muerte federal, y ampliar la lista de delitos castigables con la pena capital. Una orden ejecutiva de enero de 2025 instruye al Fiscal General a buscar la pena de muerte para inmigrantes indocumentados y a revisar las decisiones de clemencia tomadas durante la presidencia de Biden.

Organizaciones de derechos civiles advierten que estas medidas afectan de forma desproporcionada a las comunidades racializadas.

El Death Penalty Information Center ha documentado durante años las disparidades raciales en las sentencias de muerte, especialmente cuando la víctima es blanca. El Proyecto 2025 no contempla mecanismos para abordar esta realidad; en cambio, utiliza la pena de muerte como símbolo de represalia estatal, alineándose con una visión punitiva del poder por encima de la ley.

El cambio propuesto representa un retorno a la política de “ley y orden”, pero sin garantías procesales. Combinadas con la eliminación de la supervisión independiente, estas políticas consolidan un modelo de justicia definido por la discrecionalidad del Ejecutivo en lugar de por las restricciones legales.

Un plan maestro para el control sistémico

Como observa David A. Graham en The Atlantic, el objetivo principal del Proyecto 2025 no es la reforma de políticas públicas, sino el control de la maquinaria del gobierno en sí. Busca desmantelar la autonomía del Estado administrativo y someterlo al control directo del presidente, transformando la infraestructura institucional de la democracia en una extensión de la voluntad ejecutiva.

Esta iniciativa va más allá de una plataforma legislativa convencional; presenta un plan maestro integral para reestructurar la autoridad del Estado. Es una hoja de ruta para reconfigurar el Estado estadounidense al servicio de una sola agenda ideológica. Basado en el Mandate for Leadership de la era Reagan, pero ampliado de forma radical, operacionaliza una estrategia de captura: de personal, de instituciones y de marcos normativos.

Su ambición requiere atención sostenida. Para los responsables políticos, juristas y la sociedad civil, el reto no es simplemente oponerse a su contenido, sino comprender su estructura. El Proyecto 2025 no representa un regreso al gobierno conservador, sino una ingeniería deliberada de un Estado posliberal.

Lecturas seleccionadas

Cover of the book_ The Liberty Paradox. Living with the Responsibilities of Freedom
Tribus morales - Emoción, razón y la brecha entre nosotros y ellos
Identidad política_ Portada del libro *Uncivil Agreement. How Politics Became Our Identity*
Cover of ‘Where Tyranny Begins’ by David Rohde, investigating the role of the Justice Department and the FBI in democratic governance

NO TE PIERDAS NINGÚN ARTÍCULO

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Compartir este artículo